La Kabbalah o Cábala es una técnica que se incluye en la Naturopatía Psicofísica, englobada en lo que socialmente se conoce como Terapias Naturales o Terapias Alternativas.

Es una herramienta que se utiliza para estudiar el mundo espiritual y para estudiar nuestro mundo interior. Según su sabiduría, la realidad consiste en dos cualidades o fuerzas: la aspiración de recibir y la aspiración de dar. Utilizando esta sabiduría, se puede trabajar con las fuerzas esenciales de la realidad (recibimiento y donación) en favor de uno mismo.

Procede de la tradición mística de la cultura judía. El propio término significa “sabiduría” y “tradición”. Es un método natural y preciso que indaga y precisa la situación del ser humano en el Universo. La Kabbalah explica el por qué del hombre, de su vida, de su nacimiento, de su procedencia y de su destino al finalizar su paso por este mundo. Nos muestra el mundo espiritual. Su práctica hace que el hombre aprenda sobre su propia esencia, quién es, cómo es y qué debe hacer para ir hacia donde quiere; nos orienta hacia el aprendizaje interior en relación con mundos superiores.

La Kabbalah, descubierta hace más de 4.000 años, es mucho más que una técnica filosófica científicamente deslumbrante. Es una representación rigurosa de la naturaleza unida a las realidades espirituales y físicas.

Es accesible a todo aquel que quiera responder esas preguntas básicas y profundas de la vida y alcanzar una espiritualidad que le lleve a conocer al Creador. Sólo conociendo mundos superiores se puede responder a esas preguntas, a ese por qué del hombre; de este modo, toma las riendas de su vida y alcanza su finalidad (tranquilidad, placer y plenitud), sería así capaz de responder a la eterna pregunta.

La enseñanza de la Kabbalah explica la complejidad tanto del universo material como del universo inmaterial, al igual que la naturaleza física y metafísica de toda la humanidad. Explica detalladamente cómo suprimir el caos, el dolor y el sufrimiento.

Con el transcurso de los tiempos, los maestros kabbalistas han afirmado que todo ser humano nace con el potencial de la grandeza y la Kabbalah es el activador de ese potencial. El propósito de la Kabbalah es aportar luminosidad, entendimiento y libertad a la vida de cada persona.

En la actualidad se enseña la Kabbalah a todos por igual, hombres, mujeres y niños, teniendo como objetivo final alcanzar la paz y eliminar la destrucción y la deshumanización de los hombres. Esta filosofía parte del rabino Abraham Azulai, que en el siglo XVI decretó que la Kabbalah debía ser enseñada públicamente a todos.

Al estudiar la Kabbalah, se aprende a vivir la propia espiritualidad y a vivir a partir de la experiencia propia. Se acaba prefiriendo la espiritualidad al materialismo, lo que no significa quitarle importancia a lo material, significa, simplemente, no depender de ello, conceder a lo material un significado y un propósito diferente e innovador. Se obtiene así un distanciamiento de las cosas innecesarias para el alma.

La etiqueta “religión” no es la más adecuada para definir a la Kabbalah, ya que es más una “tecnología” porque permite conectarse con la espiritualidad del universo y utilizarla para el progreso personal y la prosperidad del mundo que nos rodea.


“En Centro Shalom tenemos los conocimientos y la experiencia necesaria para realizar tu tratamiento con esta técnica. Asimismo, si estás interesado/a en formarte y poseer un conocimiento profundo de esta o de otras técnicas en las que somos expertos, estaremos encantados de formarte.”

• Al alcance de personas de cualquier edad y condición.
• Te aporta el conocimiento de ti mismo (quién soy).
• Percibir el sentido de tu vida (a dónde voy).
• Conocer el origen del momento en el que te encuentras (de dónde vengo).
• Averigua qué sucede en cada circunstancia de tu vida para saber resolverlo.
• Entender cuál es el aprendizaje que hay detrás de cada cosa y la forma de resolverlo.

La Kabbalah puede resultar de utilidad en todas aquellas situaciones que derivan de un bloqueo por no haber sabido encontrar el camino en la vida.

No se conocen contraindicaciones.